Parto vaginal, la forma natural de nacer
El trabajo de parto ofrece beneficios tanto a la madre como al recién nacido, que no se presentan en el nacimiento por cesárea. Antes de nacer, el feto está sumergido en líquido amniótico, durante el parto las contracciones uterinas y el paso por el canal vaginal favorecen la absorción del líquido de los pulmones, permitiendo así un mejor esfuerzo respiratorio al momento de nacer.
Los bebés nacidos por cesárea tienen 3 veces más riesgo de presentar dificultades respiratorias y 2 veces más riesgo de muerte, comparada con un parto vaginal.
El parto natural permite a la madre tener una recuperación más rápida y menor dolor postparto, mejorando así el contacto precoz madre-recién nacido.
Todo esto se traduce en un mejor apego a la lactancia, donde se reducen infecciones respiratorias y gastrointestinales para el bebé, con un provechoso desarrollo neuromotor y menor riesgo de padecer asma y obesidad en la adolescencia.
Las madres que brindan seno materno por más de 4 meses, presentan menor depresión postparto, regresan a su peso con mayor facilidad, muestran menos fracturas de cadera y disminuyen el riesgo de padecer cáncer de mama durante la menopausia.
Por otro lado, el parto vaginal ayuda a que exista menor pérdida de sangre y disminuye el riesgo de infecciones tanto para la madre como al hijo.
En grupo Coras queremos acompañarte desde las primeras semanas de tu embarazo y ayudarte paso a paso a aumentar las posibilidades de que alcances un parto natural y saludable.
Bibliografía: Luis Cabero, “¿Cesárea es la forma natural de parir?”, FEMECOG, 2012.
Colaboración del Dr. Alejandro Sandoval.
